La Constitución centenaria

El martes pasado asistí a una conferencia denominada “Una constitución centenaria tras un largo y penoso camino recorrido”, que disertó el licenciado José Fuentes García. Sin duda las Constituciones de nuestro estado obedecen a circunstancias políticas y sociales sobredeterminantes en su momento. La primera Constitución –la de 1827, una vez concretada la independencia de nuestro país– es producto del reconocimiento en la Constitución de la República de 1824, del estado de Coahuila-Texas, y en consecuencia de que el estado naciente contara con su propia Constitución. El 11 de marzo de 1827, el gobernador interino de Coahuila, José Ignacio de Arizpe, promulgó la Constitución del Estado de Coahuila y Texas. Ésta estuvo vigente hasta 1835, cuando perdimos el territorio de Texas y pasamos a ser el Departamento de Coahuila.

Fue hasta el 18 de mayo de 1850 cuando el Congreso Local expidió un decreto donde dispuso que los diputados electos para el siguiente bienio contasen con amplias facultades para reformar la Constitución del Estado. Así surgió la segunda Constitución del Estado de Coahuila el 1 de mayo de 1852. Sin embargo el constituyente de 1857 –para evitar enfrentamientos con el cacique del norte, Santiago Vidaurri Valdés– sancionó la arbitraria anexión de Coahuila a Nuevo León, con lo que Coahuila desapareció como parte de la federación mexicana y su territorio y habitantes fueron regidos por la constitución política del Estado Libre y Soberano de Nuevo León y Coahuila y, querámoslo o no, como sostiene el licenciado Fuentes, esta constitución, la tercera, forma parte de nuestro acervo histórico.

El presidente Juárez, en ejercicio de las facultades extraordinarias que le habían sido otorgadas por el Congreso de la Unión, emitió el decreto del 26 de febrero de 1864, donde restituía a nuestro Estado la soberanía e independencia que le había sido arrebatada, rebautizándosele con el nombre de Coahuila de Zaragoza en homenaje al general Ignacio Zaragoza, héroe de la batalla de Puebla librada contra los franceses.

Una vez separado definitivamente Coahuila de Nuevo León, el gobernador de Coahuila y comandante militar, general Andrés S. Viesca, convocó a elecciones de gobernador y de diputados al Congreso Constituyente, así nació la cuarta constitución del Estado –ahora bajo el nombre de Constitución Política para el régimen Interior del Estado de Coahuila de Zaragoza– el día 29 de mayo de 1869. Bajo el gobierno de don Evaristo Madero Elizondo, en el año de 1882 se promulgó una nueva constitución bajo la denominación de Constitución Política Reformada del Estado de Coahuila de Zaragoza, la quinta con la que contaría el Estado.

Luego del asesinato del presidente Madero la respuesta del gobernador Carranza no se hizo esperar. El Congreso del Estado expidió el Decreto de 19 de febrero de 1913, con el que se desconocía a Victoriano Huerta como jefe del Ejecutivo de la República y se otorgaban facultades extraordinarias a Carranza, para que procediera a armar fuerzas para coadyuvar al sostenimiento del orden constitucional en el país. Por esos días, el gobernador Carranza envió al Congreso un proyecto de Constitución Política Reformada del Estado de Coahuila de Zaragoza que, como lo planteo don Pepe Fuentes, por su forma y contenido se trataba de una nueva constitución, la sexta.

El 5 de febrero de 1917 se promulgó la Constitución Política de los Estados Unidos mexicanos que, conforme al artículo primero transitorio, entró en vigor el primero de mayo del mismo año. En términos del propio artículo se procedió a la renovación de los Supremos Poderes del Estado y, por lo que toca al poder Legislativo, el gobernador provisional, general Bruno Neira González, expidió el decreto número 38, de 18 de julio de 1917, para convocar a la elección de diputados e integrar un Congreso que tuviste el doble carácter de Constituyente y Constitucional, con amplias libertades para la elaboración de la constitución de 1918, sin más limitaciones que las impuestas por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Es así que el 18 de febrero de 1918, hace poco más de 100 años, se fijó en todas la ciudades y pueblos del Estado el bando en que se promulgaba la nueva constitución de Coahuila de Zaragoza, la séptima y última constitución de nuestro estado.

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