La biodiversidad de la Becerra

Nací en Viesca, Coahuila, cuando este pueblo era un oasis, hoy es un páramo. No hay en el subsuelo de la cabecera municipal, ni un pozo donde se extraiga agua potable para beber. De niño sacábamos agua para beber de los pozos artesanos de las casas. El espejo de agua estaba a escasos metros. Me tocó admirar el ojo de agua de Juan Guerra, y bañarme en las acequias que se distribuían en todo el pueblo. Mi abuela materna (le decíamos “mamá María”) y mis tías sacaban, con un balde, agua de la acequia que pasaba enfrente de su casa para regar los pisos de las habitaciones de tierra de su hogar, así como de los patios.

También regaban la calle. En esos años no estaban pavimentadas las calles del ahora Pueblo Mágico. A lo largo de las acequias había muchos árboles: álamos, fresnos, lilas, pinabetes, granados e higueras, entre otros. Recientemente algunos reporteros de medios me preguntaron de dónde me nació apoyar la conservación de la tortuga bisagra y la biodiversidad de las pozas de Cuatro Ciénegas, exigiendo a Conagua que se cumpla con la distribución del agua para cuidar y preservar el medio ambiente de ese patrimonio de la humanidad. Pues se requiere agua para conservar los humedales y que se produzca el alimento para los peces endémicos y la tortuga bisagra.

El amor por estos ecosistemas y la toma de conciencia del deterioro, causado al medio ambiente por decisiones equivocadas de las instituciones relacionadas con el uso y aprovechamiento de nuestras aguas, me nació de Viesca. De sentir y ver cómo un vergel se transformó en desierto. Esto sucedió porque las aguas del río Aguanaval dejaron de desembocar en la Laguna de Viesca, debido a que se construyeron presas sobre su cauce, aguas arriba, y se perforaron cientos de pozos para la agricultura en los acuíferos formados por miles de años en las cavernas del subsuelo de esta región, para beneficio de unos cuantos y perjuicio de muchos, decía mi “mamá María”. El agua que se acumuló en cavernas, en el subsuelo por miles de años, se agotó sólo en menos de un cuarto de siglo.

Creo que Viesca (fundado el 25 de julio de 1731, en esta semana cumplió 287 años) es un claro ejemplo que nos debe servir de experiencia para que cuidemos y protejamos sistemas ecológico-ambientales que todavía existen. Los viesquenses para “acabarla de amolar”, como decía mi mamá, no fueron beneficiados con el reparto de derechos de agua de los ríos endorreicos Nazas y Aguanaval porque cuando eso se hizo, a principios de los años 50 del Siglo 20, Viesca gozaba de varios manantiales que se secaron totalmente.

El proceso duró varios años. Las muestras de que inició a brotar menos agua se empezaron a manifestar y nadie alzó la voz para que no se sobreexplotaran los acuíferos, se pensaba que el agua que brotaba duraría toda la vida. Hasta después se dieron cuenta que era porque ya no se almacenaba agua en la Laguna de Viesca, los acuíferos ya no se recargaban por la escasez de la lluvia y también porque el número de pozos de agua para riego iba en incremento, cada vez le extraían más agua a las reservas subterráneas.

En Cuatro Ciénegas las evidencias están a la vista: en el año 2002 se denunció que en las lagunas de Churince, que formaban parte de este ecosistema, empezaba a bajar el nivel del agua, y para el 2008 una ya no tenía agua, en el 2013 siguió la misma suerte. Las otras lagunas y pozas en este patrimonio ecológico manifiestan síntomas de que el nivel del agua está bajando porque, igual que en Viesca, los acuíferos vecinos se están sobreexplotando.

También el cañón que está cerca de la ciudad, en la tierra de don Venustiano Carranza, en la salida hacia Ocampo, Coahuila, donde se extraía el agua potable, ya se secó. ¿Qué más evidencias quiere Conagua para actuar con la ley en la mano? El agua de Viesca ya no se puede recuperar, en la de Cuatro Ciénegas todavía se pueden implementar acciones para conservar esta maravilla, única en el planeta Tierra.

La Universidad Autónoma de Coahuila convocó, a través del sitio www.change.org, a exigir a Conagua que se regulen con base en la ley los derechos de agua en el Valle de Cuatro Ciénegas para preservar la biodiversidad de este valle. En la exigencia participaron más de 60 mil firmantes de 41 países diferentes. Conagua tiene la palabra y la ley para salvar este patrimonio de la humanidad. Esta biodiversidad es única en el mundo.

@SalvadorHV
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