Coahuila hacía el 2012

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La pasada elección de Gobernador en Coahuila alcanzó un porcentaje histórico de votación. Los niveles de participación han ido variando, afortunadamente porque crecen. En las elecciones de Ayuntamientos y de Diputados locales en el 2002 el porcentaje de participación fue de 46.59 por ciento; en las del 2005, en las elecciones de Gobernador, Ayuntamientos y Diputados locales fue de 52.84 por ciento. En el 2008, siendo presidente del IEPC, Jacinto Faya Viesca, hubo una baja en la asistencia a las urnas; ésta fue de 39.93 por ciento. En la actualidad, bajo la dirección de Jesús Alberto Leopoldo Lara Escalante, se recuperó la confianza para asistir a ejercer el derecho ciudadano a votar. En el 2009, para Ayuntamientos alcanzó el 52.13 por ciento. Y en el 2011, en la elección para Gobernador, los electores dieron muestras de una gran responsabilidad cívica: votaron el 61.62 por ciento de los ciudadanos registrados en la lista nominal.

En esta elección de Gobernador el 37 por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal decidieron por Rubén Moreira Valdez, colocándose así como el Gobernador Electo más votado del País. Le sigue el de Guanajuato, con el 36 por ciento, y el menos votado lo fue Leonel Godoy, en Michoacán, con un 18 por ciento. Los críticos de Rubén Moreira sostienen que fue producto de «una elección de Estado», que se usaron recursos de los programas oficiales y de otras tantas cosas más ¿Y cómo se explican que una campaña negra costosísima, mantenida por más de seis meses, no haya dado resultados a favor de los candidatos del PAN? ¿Qué pensarán de que a pesar de un alto nivel de participación, ganó el candidato del PRI? La campaña negra en la pasada elección en Coahuila ha sido de las más intensas, bien instrumentadas y estructuradas, con un gran derroche de recursos. Ahora están aplicando la misma estrategia para enlodar al PRI, a Humberto Moreira y, en consecuencia, a los aspirantes tricolores Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones. La experiencia de Coahuila les sirvió de laboratorio para afinar sus guerras sucias. Para poder contarrestar estas acciones de lodo, las autoridades electorales y los partidos políticos deben analizarlas para precisar los efectos sobre las elecciones y hacer las modificaciones correspondientes al marco electoral vigente.

A cuatro meses de las elecciones del 3 de julio pasado, con una campaña de lodo con todo el aparato de la Presidencia de la República, y en plena transición de poderes, en donde dejaron desde hace meses de operar los programas, donde han sido dados de baja empleados de Gobierno y se ha politizado el tema de la deuda, ¿cómo se explican que en la última encuesta del periódico El Universal, el PRI está en primer lugar en las encuestas y Coahuila es el estado de mayor intención de voto a favor tricolor? En Coahuila el 38 por ciento se manifestó a favor del PRI.
Otro de los aspectos relevantes es que la elección de Gobernador no tuvo impugnaciones. Es la única en el País con un comportamiento de esta naturaleza. Esto, además de legitimar a Rubén Moreira como gobernante, habla bien de la Ley Electoral de nuestro Estado y del IEPC.

Las inconformidades e impugnaciones se presentaron en el periodo de las precampañas y de las campañas y se resolvieron en el órgano electoral correspondiente. Ahora, en su afán por ensuciar al Gobierno de la Gente, sus detractores no escatiman recurso alguno para denostar. Se les olvida que en un fraude de más de 3 mil millones de pesos no sólo pueden estar involucrados funcionarios del Gobierno estatal coahuilense, sino que también deben estarlo empleados bancarios, funcionarios de la Comisión Nacional Bancaria y, sobre todo, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que es la responsable de registrar las deudas contratadas por los estados del País. Queda claro que hay un uso electoral de este problema en manos de la Procuraduría General de la República y de la Fiscalía del Estado.

Las contiendas por la Presidencia de la República, los Senadores y los Diputados federales en Coahuila se dan de nueva cuenta con un buen posicionamiento del PRI, en medio de una guerra sucia auspiciada por el PAN, que se caracteriza porque confronta cada vez más a los ciudadanos, no tiene propuestas, y trata de impedir a toda costa que el PRI regrese a Los Pinos. Así avanza el proceso electoral hacía el 2012.