Los libros del 2019

De los 50 libros que me propongo leer por año, debo confesar que en este momento todavía me faltan cuatro. Sin embargo, me atreveré a mencionar los seis libros que más me gustaron. El primero que leí este 2019 es “Elon Musk”. El creador de Tesla, PayPal y SpaceX que anticipa el futuro. De Ashlee Vance. Es una especie de biografía de este tecnólogo e innovador, algunos opinan que es el sustituto de Steve Jobs. El autor sostiene que cuando Elon se apasiona con algo, lo hace con mayor fuerza que los demás. Eso es lo que lo diferencia del resto de la humanidad. Musk, programador autodidacta, se creía bastante bueno en todo lo que tenía que ver con la codificación y se asignaba objetivos más ambiciosos. Desde muy pequeño parecía tener siempre un libro entre las manos. “No era nada raro que leyera 10 horas diarias—dice Kimbal–. Los fines de semana podía leer dos libros al día”. Es un libro para leerlo.

En su libro “Teoría del viaje”, Onfray nos cuenta de la voluntad deliberada de viajar, del deseo de viajar. No se hace uno un nómada impenitente –si no es instruido en propia carne– en las horas en que el vientre materno es redondo como un globo, un mapamundi. Cada uno se descubre nómada o sedentario, aficionado al flujo, a los transportes. Los primeros aman la ruta, larga e interminable, sinuosa y zigzagueante, los segundos disfrutan de la madriguera, oscura y profunda, húmeda y misteriosa. Espero se atrevan a leerlo.

El siguiente libro que invito a leer es “Café negro como la Noche, Fuerte como el Amor”, de Victoria García Jolly. En él nos narra que te levantas, te sientas en la orilla de la cama, sientes frío, te cierras bien el suéter, te vas a la cocina, haces café, estás agradecida. Y cómo no estarlo si el café es lo que cada día me vuelve a la vida. El café mueve la pasión por su gusto, por su aroma, por su ritual, por sus tazas y sus jarras, por sus cafeteras y sus modos de preparación, por su cultivo, sus flores, sus cerezas y sus granos. En sencillas palabras, la bebida le parece tan maravillosa que, en consecuencia, ama todo lo que tenga que ver con ella. A tomar café y a leer.

El siguiente libro que les recomiendo es “La Sabiduría de los Lobos” escrito por Elli H. Radinger. En él nos invita a aprender de los lobos. Nos dice que así funciona la educación con el “método lobo”; al lobo joven no se le prohíbe nada, se le permite experimentar por su cuenta y así aprende que cada acción tiene sus consecuencias. Los padres lobo enseñan a sus crías a encontrar el equilibrio entre la bondad y la restricción de la libertad, entre la convivencia social y los límites. Para una familia de lobos, la receta del éxito se basa en tres pilares: en primer lugar, la concentración en lo esencial, es decir, que todos colaboren en beneficio de la familia; en segundo lugar, la comunicación constante así como los rituales realizados en común; y en tercer lugar, un liderazgo fuerte. Los líderes de verdad no necesitan estar dominando constantemente a nadie porque irradian una autoridad natural. Desde un punto de vista evolutivo, significa que un puesto de responsabilidad lleva aparejado un alto estrés social a largo plazo. También señala que antiguamente se hablaba de “lobos alfa”, que dirigían su manada y decidían sobre todo. Hace mucho tiempo que estos términos quedaron obsoletos y ya no se utilizan en la investigación de campo. Hoy en día hablamos de “lobos guía”.

En “El aroma del tiempo. Un Ensayo Filosófico sobre el Arte de Demorarse”, el filósofo Byung-Chul Han concluye que no hay nada que rija el tiempo. La vida ya no se enmarca en una estructura ordenada ni se guía por unas coordenadas que generen una duración. Uno también se identifica con la fugacidad y lo efímero. La gente envejece sin hacerse mayor. Es necesaria una revitalización de la vida contemplativa. Nos invita a tener capacidad para demorarnos.

Finalmente en “Loa a la Tierra. Un Viaje al Jardín”, también de Byung-Chul Han, declara que tiene la profunda convicción de que la tierra es una creación divina. Algunas líneas de este libro son plegarias, confesiones, incluso declaraciones de amor a la tierra y a la naturaleza. Dice que es una tarea urgente, una obligación de la humanidad, tratar con cuidado la tierra, pues ella es hermosa e incluso esplendorosa. Que hemos perdido por completo la veneración a la tierra. Hemos dejado de verla y de oírla.

@SalvadorHV

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