Óscar Sánchez Pérez ‘El Caballo’: ‘toda la historia de un hombre está en su actitud’

Hace unos días falleció Óscar Sánchez Pérez, por varios años trabajó en la Universidad Autónoma de Coahuila. Conducía los lobuses llenos de estudiantes, ya sea en un viaje de estudios o en una actividad de reforestación o de servicio a la comunidad. Creo que Óscar siempre estará en el recuerdo de los universitarios. El último día que lo saludé, estaba en la puerta de la explanada del edifico de la rectoría. Jamás hubiera pensado que sería la última vez que lo saludaría. Todavía lo recuerdo con su gran sonrisa, nunca lo vi enojado, siempre amable, respetuoso, de buen ánimo, diligente. Estaba en compañía de Don Enrique, vigilante en la puerta de rectoría. Fue un gran colaborador para beneficio de la Universidad, desde su trinchera contribuyó a construir la Máxima Casa de Estudios de los Coahuilenses. Fue un gran amigo, siempre solidario y bondadoso, dispuesto a servir al prójimo.

Integró dignamente los “Junior’s 400” en su etapa de joven, y portó orgullosamente la camiseta roja y blanca de los Daneses del Ateneo Fuente entre 1976-1981. A Óscar por su espíritu de servicio y solidaridad le llamaban el “hermano”, como el hermano mayor al que se acude en cualquier situación o frente a un problema. Sin duda dejó huella en una generación con los Daneses en la que obtuvieron importantes triunfos, que muchos recuerdan con gran nostalgia. De joven debe haber sido un alto y corpulento muchacho.PUBLICIDAD

Los compañeros de Óscar y los estudiantes con los que convivió, lo recuerdan con un gran sentido del humor. Hacía reír a carcajadas.

Óscar era también un excelente narrador, contaba sus hazañas en el futbol americano y las aventuras de viaje en que había participado trasladando a los estudiantes de la UAdeC, a deportistas o a los Lobos al Rescate a alguna actividad comunitaria. También convivió en los viajes con muchos funcionarios de diferentes administraciones. Hizo muchos amigos, que lo recordamos con cariño y respeto. Fue siempre una persona franca. Desde que entró al Ateneo hasta el día que se nos adelantó en el camino, se mantuvo en su alma mater: la Universidad Autónoma de Coahuila.

Deseo hacer un espacio para reconocer las invaluables pérdidas de universitarias y universitarios a los que hemos despedido este año a consecuencia de la pandemia por la enfermedad COVID-19, mismos que recordaremos con cariño y gratitud por su contribución a nuestra Universidad. Además de Óscar Mario Sánchez Pérez, descansen en paz Óscar Rodríguez Villarreal, Roberto López Franco, José Solís Martínez, Benjamín Serrano Guajardo, Ronald Guillermo Gaytán Arriaga, Armando Adame Dávila, José Luis Orozco Ramírez, Mario Alberto Rivera Guillén, Juan de León Magallanes, José Hernández Pacheco, Miguel Ángel Solís Maldonado, Francisco Javier Hernández Medina, Samuel Orta Rivera, Rodolfo Cervantes Montoya, Didier Varela Castro, David Alejandro Jiménez Valdez, Juan David Martínez Castro, José María Ruíz Aguilar, Antonio Delgado Rosas, Emilio Vega Arellano, María del Carmen Martínez Aguiñaga y Óscar Treviño Sánchez. Sin duda su muerte deja un dolor profundo para quienes los conocimos, pero nos quedan los recuerdos y sus obras, que guardaremos en la memoria.

La muerte de Óscar me recordó el poema “Preguntas de un obrero que lee”, de Bertolt Brecht, aquí les dejó algunas preguntas de esa alabanza:  ¿Quién construyó Tebas, / la de las Siete Puertas? /En los libros figuran / sólo los nombres de reyes. / ¿Acaso arrastraron ellos / bloques de piedra? / Y Babilonia, mil veces destruida, / ¿quién la volvió a levantar otras tantas? / ¿Adónde fueron la noche / en que se terminó La Gran Muralla, sus albañiles? / … / Hasta la legendaria / Atlantida, la noche en que el mar se la tragó, / los que se ahogaban / pedían, bramando, ayuda a sus esclavos. / El joven Alejandro conquistó la India. / ¿El sólo? / César venció a los galos. / ¿No llevaba siquiera a un cocinero? / Felipe II lloró al saber su flota hundida. / ¿No lloró más que él? / Federico de Prusia / ganó la guerra de los Treinta Años. / ¿Quién ganó también? / Un triunfo en cada página. / ¿Quién preparaba los festines? / Un gran hombre cada diez años. / ¿Quién pagaba los gastos? A tantas historias, tantas preguntas. Y Julio Torri, el escritor coahuilense escribió que “toda la historia de un hombre está en su actitud”. Óscar fue un muy buen universitario.

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