Viesca: la historia de un pueblo, que luego de contar con mucha agua, se secó

En la pasada Feria Internacional del Libro de Coahuila fui invitado a presentar el libro de Tomás Santoyo Ibarra, “Viesca: La Historia de un Pueblo”. El trabajo ofrece una explicación de cómo se conformó esta región del país, donde hace aproximadamente 160 millones de años estaba bajo lo que era el mar de Tethys, que luego se transformó, hace como 70 millones de años, en el desierto más extenso de América del Norte. Los estudios señalan que los restos más remotos de la región lagunera están ubicados en el Valle de las Delicias, en el municipio de San Pedro, Coahuila. Donde hace trescientos cincuenta millones de años había ahí vida marina. Después del periodo geológico denominado Pérmico.

También nos habla de la llegada de los primeros pobladores a América. Que ocurrió durante la última glaciación, permitiendo el paso hacia el Nuevo Mundo a través de Beringia, aproximadamente entre 14 mil y 13 mil años antes del presente. Y ubica el poblamiento en nuestro estado de Coahuila de Zaragoza, en particular en nuestra región de La Laguna, a través de los restos más antiguos conocidos como los de “la cueva de la Candelaria”. Los primeros vestigios del ser humano datan aproximadamente de unos cuatro mil años (según los hallazgos arqueológicos encontrados en la región), se puede decir que en su mayoría las tribus que poblaron este territorio fueron nómadas. “Los salineros” son la tribu considerada como la originaria de este territorio, que junto con los demás pueblos nómadas fueron exterminados. En la presentación del libro una persona preguntó, ¿cómo había sido el proceso de evangelización de esas tribus en Viesca? Cuando llegaron los evangelizadores y los evangelizados, ya no había a quien evangelizar, ya no había habitantes originarios, los habían exterminado.

La región lagunera recibió durante miles de años las aguas embravecidas de los ríos Aguanaval y Nazas que formaban las Lagunas de Viesca, Mayrán y de Tlahualilo, de ello vine el nombre de La Laguna a esta región. Hoy las aguas de estos dos ríos no llegan a esas lagunas porque construyeron presas en los cauces de esos ríos. Y como ya no hay lagunas las nuevas generaciones se preguntan, ¿por qué esta región se llama La Laguna?

Este ensayo privilegia el proceso de revalorización de los orígenes de esta población, por ello centra su análisis de los orígenes desde hace 4 mil años A. C. hasta la época actual en el siglo 21.

Tomás nos dice que en 1561 el capitán Francisco de Ibarra obtuvo licencia del virrey Luis de Velasco para colonizar todas las tierras que se hallaban al norte de Zacatecas. Y se enfrentaron con una serie de grupos indígenas seminómadas. En marzo de 1590, el virrey Luis de Velasco, hijo, nombró como cabeza de la nueva estrategia de paz en la Chichimeca a Miguel Caldera. Y en 1599, los jesuitas fundaron Santa Ana de los Hornos, visitaduría (o puesto) de la misión de Santa María de Parras, que la habían empezado a poblar en 1598. Y el 25 de julio de 1731 fundaron Viesca; en 1767 (31 de mayo), Nueva Bilbao y se inicia la construcción de la capilla de Nuestra Señora de Begoña.

La primera etapa del proceso de la independencia se inicia en 1767 (con la expulsión de los jesuitas del imperio español) y se le conoce como la de las reformas borbónicas. Al consumarse la independencia, San José del Álamo (hoy Viesca) pasó a formar parte de la provincia de Coahuila y Texas, el 21 de septiembre de 1830, antes de cumplir el centenario de su fundación, este poblado fue elevado al rango de villa con su nueva denominación Villa de San José de Viesca y Bustamante, en honor al primer gobernador constitucional de Coahuila y Texas, don José María Viesca y Montes y de Anastasio Bustamante, presidente en turno del País.

Viesca era una Villa que despuntaba para la década de los años 80 del siglo 19. Llegó a contar con más de cuarenta mil habitantes. Era después de Saltillo y Monclova una de las localidades más pobladas del estado de Coahuila.

En los años 50 del siglo pasado se instaura el declive hidrológico de Viesca, generado por la contención de las aguas de los ríos Nazas y Aguanaval y el inmoderado reparto de pozos para uso agrícola que benefició a la producción agrícola privada. Convirtiendo a Viesca en un páramo, luego de que era un oasis, como hoy todavía es Parras.

jshv0851@gmail.com