Corrupción y confianza

“Los europeos reconocen el potencial de nuestro País”, escribió en un medio de comunicación saltillense Rubén Olvera Marines. “A inicios de 2014, el afamado economista británico Jim O´Neill, pronosticó que gracias a las reformas estructurales y su potencial de mano de obra, México estaba llamado a convertirse en una de las ocho economías más poderosas del mundo, dejando atrás a potencias europeas como el Reino Unido, Francia y Alemania. Poco tiempo después, el mismo O´Neill, reconoció en la corrupción y la falta de transparencia, dos de los principales frenos al crecimiento económico de México”.

En relación con este tema, hace algunos años asistí al Teatro Isauro Martínez en Torreón, a una conferencia que ofreció el exalcalde de Medellín, Colombia. En esa charla, Sergio Fajardo, el matemático que decidió entrar en la política colombiana, nos habló que uno de sus mayores logros fue transformar la ciudad de Medellín cuando fue Alcalde. En el recinto tenía de vecino de butaca a un exalcalde lagunero y me comentó que era imposible que Fajardo hubiese hecho las obras de infraestructura en los barrios pobres que nos comentó.

Luego, en el transcurso de la conferencia quedó claro cómo lo logró. Presentó a la sociedad los proyectos a realizar con recursos del gobierno y les planteó abiertamente las necesidades. Y les propuso depositar en una cuenta bancaria la parte disponible para el proyecto, a la vez que constituyeron un comité de la sociedad para custodiar los recursos e iniciaron un proceso para recabar los fondos faltantes. Luego lanzaron la licitación de la obra supervisada por el comité. Con este procedimiento se generó confianza y se evitó la corrupción, y el ahora Gobernador de la región de Antioquía, eficientó los recursos. Esto explica por qué hizo tan extraordinarias obras, en especial para los de mayores carencias.

Con motivo de mi artículo anterior, sobre el problema de la confianza que campea en México, mi amigo Javier Castañeda Lazalde, me compartió: “El verdadero desencanto de la sociedad viene principalmente porque en la percepción de la gente, además de la extrema corrupción, se capta que no hay justicia y eso es deprimente. Las personas ven cada día que el dinero les alcanza menos, creando una sensación de frustración y sueños apagados por una terrible y abrumadora realidad, cada día somos más pobres, sin darnos cuenta que nos influyen necesidades creadas que antes no existían”.

Y agrega: “La única y real sensación que le importa a la gente es la de los bolsillos, pero cada día alejamos más de nosotros el crecimiento intelectual y espiritual, quizá necesitemos replantearnos que el crecimiento de todo País inicia con el crecimiento de uno mismo. Esto no parece tener solución a mediano plazo al menos, en algún momento de la historia de la humanidad podremos captar que la vivencia de las comunidades es cíclica, la historia tiene muchas respuestas muy interesantes, soluciones que quizá cambien nuestra percepción”.

Por su parte, Pepe del Río me escribió: “Es peligroso en un pueblo la falta de confianza; veamos el estado de Guerrero, se volvió ingobernable y las manifestaciones violentas denotan la inconformidad y el hartazgo al punto de quemar edificios públicos que trae como consecuencia una apatía a los procesos electorales. Me parece que va a ganar el abstencionismo. Hay que seguir trabajando duro para salvar el sexenio y que no se pierda, como los dos anteriores”.

Don Rodolfo Esparza me expresó su preocupación: “Problema mayúsculo, recuperar la confianza se ha vuelto un pendiente que se excava en lugar de remontar; los hechos, decisiones, el doble discurso, y los resultados diarios ahondan el descontento; la corrupción crece y el descaro en el enriquecimiento de funcionarios son leña para mantener el fuego… En fin, tardaremos décadas en recuperar la confianza, las mismas en que se ha fincado, y más en tanto no se castiguen los abusos y se deje de simular en las acciones y tema de la transparencia”.

Finalmente, Manuel Torres me externó lo siguiente: “En México no confiamos ni en el vecino. La desconfianza no solo permea en nuestro País, a nivel mundial la situación es caótica, los políticos tienen un problema de credibilidad tremendo, hasta a los curas les pega la desconfianza de la población” ¿Cuándo revertiremos esta situación?

Salvador Hernández Vélez
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