¿Y qué tan lectores somos?

A raíz de la participación de Peña Nieto en la FIL se han desatado una serie de críticas y de opiniones sobre el tema. Unas a favor y otras en contra. En consecuencia la pregunta de moda a los políticos es: “¿Cuáles son los tres libros qué le impactaron? Y no estuve exento de ese cuestionamiento. Ante la pregunta soltada a boca de jarro, para sorprender, les contesté no me es fácil nombrar tres libros impactantes en mi tránsito por la vida. Ante la insistencia y frente a los micrófonos, las grabadoras y las cámaras clamando respuesta, y la sonrisa entre irónica y en espera de alguna evasiva, respondí. Les proporcioné los nombres de los libros y sus autores: Álgebra de Baldor, Geometría Analítica de Anfosi y Calculo Diferencial e Integral de Granville, Smith y Longley.

 La sorpresa no se la guardaron mis interlocutores. Entre risas y confesiones de que a ellos no les gustan las matemáticas y que por eso no estudiaron alguna carrera de ingenieria, volvieron a la carga. Pero díganos tres libros de literatura. Y de nueva cuenta la presión de los micrófonos, las grabadoras y las cámaras a escasos centímetros de la cara esperando ahora sí el desliz. Pues me parece que la pregunta es más en ese sentido y no porque haya un verdadero interés para saber si uno tiene tres libros favoritos. Y procedí a anunciar “mis tres libros”. La resistencia de Ernesto Sábato, Para nacer he nacido de Pablo Neruda y En el mismo barco de Peter Sloterdijk. En el último me sometieron a otra prueba, “¿a ver cómo se escribe el nombre del autor? Y la reviré. ¿Ustedes sí saben cómo se escribe? Nadie supo y les dicte el apellido letra por letra.

 Luego les pregunté ¿y ustedes cuántos libros leen por año? Unos confesaron que pocos, pero no dijeron el número. Los increpé, diciéndoles, confiesen que no leen, salvo los libros que llevaron en la escuela. Y les cuestioné si creían correcto que los usuarios de las redes sociales, de facebook ( cara libro como dice mi esposa) y twitter estén degenerando el idioma. También nos preguntámos sí los que cuestionan con tanto furor y apasionamiento ¿leerán libros? ¿cuántos al año? En los diferentes estudios sobre el nivel de lectura en México, algunos sostienen que el mexicano lee un 0.2 libro al año, otros que el promedio es de 2 libros al año. En lo que si todos coinciden es en un nivel de lectura muy bajo en nuestro país ¿Y usted cuántos lee al año? Me preguntaron. Intento uno por semana, éste año llevo 45.

 Según el reporte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el 2006 México tenía el lugar 107 de un total de 108 países. De acuerdo a la ONU el hábito de lectura entre la poblaciónn de Japón es del 91 por ciento, en Alemania del 67 por ciento, en Corea del Sur del 65 por ciento y en México apenas del 2 por ciento. En su libro Los demasiados libros, Gabriel Zaid reflexiona sobre qué tanto han leído las personas que las consideramos cultas: “¿Y para qué leer? ¿Y para qué escribir? Después de leer cien, mil, diez mil libros en la vida, ¿qué se ha leído? Nada. Decir: Yo sólo sé que no he leído nada, después de leer miles de libros, no es un acto de fingida modestia: es rigurosamente exacto, hasta la primera decimal de cero por ciento. Pero ¿no es quizás eso, exactamente, socráticamente, lo que los muchos libros deberían enseñarnos? Ser ignorantes a sabiendas, con plena aceptación. Dejar de ser simplemente ignorantes, para llegar a ser ignorantes inteligentes”.

 Pero Alberto Manguel en La ciudad de las palabras acota un hecho innegable: estamos hechos de palabras. Y en su libro nos lanza una pregunta ¿es posible que la literatura nos cambie y cambie el mundo en que vivimos? Y en otra parte de su trabajo nos apunta una respuesta: Nos precisa “que el acto de leer literatura, nos permite ir al encuentro de las respuestas personales a las preguntas y respuestas de la actualidad y este acto constituye una subersión necesaria”. También es innegable que una buena novela nos hace pasar una muy agradable tarde y que un poema puede ser un consuelo.

 Finalmente en Nadie acabará con los libros Umberto Eco nos deja la siguiente cita: “El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez se han inventado, no se puede hacer nada mejor. El libro ha superado la prueba del tiempo…Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel, pero seguirá siendo lo que es.”

Salvador Hernández Vélez

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