¿Agoniza el PRD?

En julio de 2014 el entonces Instituto Federal Electoral, hoy INE, aprobó el registro de tres nuevos partidos políticos: Movimiento de Regeneración Nacional, Encuentro Social y el Humanista. Estos partidos participaron con sus candidatos en las elecciones intermedias de 2015, en las que se eligieron diputados federales y en algunas locales. El partido Humanista solo mantuvo su registro por un año. En el 2015 no alcanzó el porcentaje correspondiente para refrendar su calidad de partido. Morena y Encuentro Social pasaron la prueba. A nivel nacional, en ese año, Morena, consiguió en su primera participación electoral un total de 3 millones 069 mil votos. El 8.37%. Ese resultado lo ubicó en la cuarta posición política en el país. Estuvo muy cerca del PRD, que tan solo alcanzó el 10.83% de los votos.

Los estados en los que Morena obtuvo en 2015 un mayor número de votos fueron: Distrito Federal (703 mil 405 votos), Edomex (543 mil 998), y Veracruz (296 mil 256). El partido del Peje contendió por primera vez en las elecciones a gobernador del 5 de junio de 2016. Aunque las encuestas no lo perfilaban para ganar alguna gubernatura, se colocó en los primeros tres lugares de votación en estados en los que el PRI históricamente había tenido la mayoría: Zacatecas y Veracruz. Además, fue el partido con la mayor votación en la Ciudad de México (CDMX) en la elección de la Asamblea Constituyente, al reunir 632,436 votos, contra 552,255 del PRD. Estos datos colocan al partido de Andrés Manuel con una tasa de crecimiento nunca antes vista en un partido político recién constituido.

Estas circunstancias y los triunfos de los candidatos independientes en las elecciones de los últimos dos años, como por ejemplo la del gobernador de Nuevo León, nos permiten concluir que los votos en Coahuila no se repartirán, en esta ocasión, solo entre el PAN y el PRI. Un porcentaje de los votos también le tocarán a Morena y a los Independientes. El voto se repartirá principalmente entre cuatro opciones. En el caso particular de Coahuila de los siete candidatos a gobernador –Riquelme, Anaya, Guadiana, Guerrero, Guajardo, Pérez y Salinas– solo el independiente Lucho Salinas es de la capital coahuilense. Y Saltillo representa el 26.35 (543,855 electores) por ciento del padrón electoral del estado. El hecho que el tricolor y el albiazul no cuentan con candidatos saltillenses cabe preguntarnos ¿cuál será el comportamiento electoral de la capital? ¿Ello contribuirá más a que la repartición del voto, principalmente sea entre cuatro candidatos? ¿Y el PRD dónde queda?

El escenario futuro del PRD es pues de incertidumbre. Por una parte lo está desfondando Morena. Un grupo de senadores de la Fracción del Sol Azteca se declararon a favor de AMLO. La dirigente nacional de ese partido está sufriendo un linchamiento en las redes sociales. Tal vez eso le impidió asistir al registro de su abanderada a la gubernatura en Coahuila. En la CDMX, bastión del perredismo, desde 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó el gobierno del Distrito Federal, el tricolor y el albiazul no han sido pieza para disputarle el poder. Pero Morena parece que ya está en la disputa por ese nuevo estado, que acaba de aprobar su Constitución. No podemos adelantar vísperas, pero la racha por la que está pasando el PRD no es nada alentadora para ese partido. La crisis perredista empezó con la salida de la corriente lópez-obradorista, lo que los vació de base social electoral. El escenario es devastador para un partido que disputó dos veces la Presidencia de la República y, en esas contiendas alcanzó sus momentos estelares: quedó como segunda fuerza legislativa. La gran prueba la tendrá en la elección presidencial y legislativa de 2018 y tal parece que no habrá otra oportunidad. Si pasa a ser cuarta fuerza electoral, en consecuencia quedará en bancarrota económica.

En el realismo político los oportunistas nunca faltan y suelen proliferar cuando el barco, hace agua. En esas condiciones el partido del Sol Azteca se juega su futuro ¿Cuáles son sus opciones? ¿Operar como partido “bisagra” en la conformación de mayorías legislativas? ¿como aliado de una derecha hegemónica, representada por el PAN, en posición desventajosa y a costa de perder electorado e identidad político-ideológica? ¿como fuerza estructurada en un “frente amplio” que impulse la candidatura presidencial de López Obrador? El 2018 lo dirá.

Salvador Hernández Vélez

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