¿A quién votarán en el 2014?

Los resultados electorales del pasado 7 de julio de este año nos han permitido especular sobre las consecuencias de los mismos y los escenarios del 2014. Cada elección es diferente y el resultado de la misma depende de un sinnúmero de variables. Por ejemplo, sobra quien afirme que si el candidato a la Presidencia Municipal de los panistas en Torreón hubiese sido Jorge Zermeño, el partido albiceleste habría ganado la elección ¿Será? La incógnita seguirá, pues él no ganó internamente en su partido la candidatura. Quizá con base en estas lógicas de café, podemos decir: ‘Los anayistas tienen secuestrado su partido porque Zermeño abandonó el barco partidista y se fue de embajador a España’. Y preguntarnos: así, ¿sin ganar la interna, cómo se puede ser candidato de un partido? Condición indispensable para participar en una contienda electoral constitucional ¿O no?

Y siguiendo en el plano de la especulación, si el PAN con Zermeño hubiese ganado en Torreón, entonces el próximo año las candidaturas de Diputados de ese municipio podríamos decir que ya las tenía en la bolsa dicho partido.

Pero recurramos a los hechos, en 1996 Jorge Zermeño ganó la Alcaldía de Torreón y en la elección siguiente, en 1999, entregó la Presidencia Municipal a un priísta, a Salomón Juan Marcos, no a Javier López, militante de su partido. Y la lógica de que “como el PAN tiene ganados Saltillo y Monclova, en consecuencia ya tiene asegurado el triunfo de las elecciones de Diputados locales siguientes”, queda en duda.

Un buen número de analistas políticos aseguraban que el PRI ganaría Saltillo, y que el PAN haría lo propio en Torreón. Los electores decidieron de otra forma ¿Qué factores consideraron los ciudadanos para que Torreón quedara en manos del tricolor, y Saltillo se pintara de blanquiazul? Solo los electores saben por qué votaron ese domingo 7 de julio para desconcierto de los analistas.

En el caso de Frontera, el Alcalde tricolor y su esposa, quien fuera la candidata para suceder a su marido, siguen analizando qué pasó. Ella trabajó por cuatro años y secuestró al Revolucionario Institucional en ese municipio siendo la presidenta del DIF municipal, desde donde construyó la posibilidad de su candidatura. Sin embargo, eso no fue suficiente para tejer el triunfo electoral constitucional: triunfó el PAN.

¿Se podrá ganar una elección constitucional sin la participación de todas las expresiones partidarias en torno a una candidatura?, ¿sin la construcción de una alianza que incluya las diferentes fuerzas electorales partidarias y de simpatizantes? Ahí está también el ejemplo de Chuy de León, que nunca se alió con los zermeñistas y permitió que otras expresiones albiazules se sumaran a la oposición, léase Luis Gurza Jaidar, que se fue al tricolor o Élida Bautista, quien decidió apoyar la candidatura de Raúl Sifuentes.

Y en el caso de Torreón, Acción Nacional estaba seguro de ganar partiendo de la consideración de que los ciudadanos torreonenses estaban hartos del gobierno municipal emanado del PRI, ¿qué sucedió? Tal vez cuente que los ciudadanos de la Perla de la Laguna ya conocen bien cómo gobiernan tanto el PAN como el PRI, y en esta ocasión la opción de cambio no estaba en el partido, sino en el candidato y en los integrantes de la planilla.

¿Percibieron más excluyentes y divididos a los panistas? ¿A los panistas les faltaron los votos de Zermeño, de Pérez Hernández, de García Villa, de los Nava, de los Gurza? ¿O a los del PAN les faltaron los electores panistas gomezpalatinos que cambian su credencial de elector hacia Torreón en elecciones municipales?

En Saltillo, donde no se dudaba que Fernando de las Fuentes fuera por su sexto triunfo, para entender lo que pasó, tal vez habrá que asimilar que los electores tienen una nueva  concepción de la política. Ikram Antaki lo dice de la siguiente manera: “Hay dos visiones opuestas una a la otra; algunos hombres creen de buena fe, que una sociedad se gobierna por la cumbre… Pero existe otra visión: una sociedad sólo se mueve si los actores que la componen se sienten socios de las decisiones tomadas. El siglo 21 será el tiempo en que la sociedad se moverá desde abajo, porque cada quien quiere tener su parte de responsabilidad en la comunidad; por ello hay que darles esperanzas y razones”. ¿Será que la segunda visión ya está en juego y qué también operará en el 2014?

Salvador Hernández Vélez

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