Giovanni Sartori

El lunes pasado murió a los 92 años Giovanni Sartori, filósofo italiano, politólogo, especialista en análisis político comparado. Su muerte la dio a conocer el diario italiano Corriere della Sera, donde escribía. El autor del “Homo Videns”; “La Sociedad Teledirigida”; “¿Qué es la Democracia?”; “La Carrera Hacia Ningún Lugar”, entre muchos otros, nació el 13 de mayo de 1924 en Florencia, Italia. Fue uno de los pensadores contemporáneos más importantes por su trabajo sobre la democracia y los sistemas partidistas. Impulsó la primera Facultad de Ciencias Políticas.

En el “Homo Videns”, publicado en 1997, analizó el papel de los medios en la sociedad actual, nos dice que el homo sapiens se transforma en homo videns, al pasar a ser esclavo de la imagen. Sostiene que la socialización audiovisual atrofia la función del intelecto. Sartori también afirma que la televisión, en términos culturales y de valores, destruye mucho más de lo que transmite. Pero también produce efectos perversos sobre la sociedad democrática, porque solo da espacio político a una minoría de políticos y desplaza a la oscuridad pública a los ciudadanos.

En su libro “¿Qué es la Política?” desmenuza de una forma minuciosa el concepto de democracia y los demás que se desprenden de esa noción. Diferencia el principio de mayoría absoluta del de mayoría relativa. Nos dice que el primero declara que: los más tienen todos los derechos, mientras que los menos, la minoría, no tiene ningún derecho. En cambio, el principio de mayoría relativa se concreta así: los más tienen derecho a mandar, pero con respeto a los derechos de la minoría. Especifica que la democracia tiene que inspirarse en el principio de mayoría limitada o moderada. Manifiesta que la democracia electoral no decide las cuestiones, sino que decide quién decidirá las cuestiones. En cambio, en la democracia como participación, la idea es que exista un ciudadano participante que él mismo decida también las cuestiones (en lugar de delegar en los representantes).

Entendiendo como “participación” tomar parte activa, voluntaria y personalmente; ponerse en marcha por uno mismo, no que otros te pongan en marcha, ni que te movilicen desde arriba. En suma Sartori propone un ciudadano que viva para servir a la democracia, en lugar de una democracia que sirva al ciudadano.

La democracia es pues el derecho de la mayoría respetando a la vez los derechos de la minoría. Democracia es mando de la mayoría, si por mayoría se entiende que la democracia se somete, en la toma de decisiones, a la “regla mayoritaria”. En todas las sociedades existen dos clases de personas: “la de los gobernantes y la de los gobernados”.

Esta es la tesis, conocidísima, de quien formuló por primera vez la teoría de la clase política. Y enfatiza que cuanto más organizada se hace una organización, en esa misma medida será cada vez menos democrática. La organización desnaturaliza la democracia.

Por otra parte, el principio democrático es precisamente que nadie puede investirse por sí solo, que nadie puede autoproclamarse jefe, y que nadie puede heredar el poder. Sin duda hay una profunda diferencia entre la democracia tal y como la entendían los antiguos y la democracia de los modernos. En ambas el principio de legitimidad es el mismo, pero todo lo demás es distinto. La primera es un ejercicio propiamente dicho, y en ese sentido “directo” del poder, mientras que la segunda es un sistema de “control” y de limitación del poder. La primera no prevé representación, la decisión es directa, mientras que la segunda se basa en la transmisión representativa del poder. Es una democracia representativa también en el sentido de que no es una democracia “inmediata”, sino, por el contrario, completamente entretejida de mediaciones.

Con respecto al pluralismo nos dice que: Primero: el pluralismo debe concebirse como una creencia de valor. Segundo: el pluralismo presupone e implica “tolerancia”. Tercero: el pluralismo exige que la Iglesia esté separada del Estado y que la sociedad civil sea autónoma de ambos. Menciona que el aclamadísimo premio Nobel Amartya Sen sostiene que la democracia no es solo ir a votar y elegir a unos representantes, sino que es, sobre todo, “discusión pública”, y que esa discusión puede encontrarse ya en las antiguas tradiciones de países. Sin duda, Sartori, en sus textos aborda muchos otros temas que tienen que ver con la democracia.

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