De poesía

En el pilón los golpes sufre el grano de arroz,/ mas termina el castigo y ¡admirable blancura!/ Igual sucede al hombre al correr de la vida:/ El pilón del dolor lo pule y dignifica.
Ho Chi Min

Entre los libros que leí al final de 2017 figuran algunos de poesía. Comentaré algunos de ellos. “Insomnio”, de Elsa Cross (Ediciones Era, S.A de C.V., primera edición, 2016, Ciudad de México). En este pequeño texto de poesía Cross hace una travesía y una radiografía poética del insomnio. Debo confesar que su lectura me sirvió de vacuna contra el insomnio, pocas veces presente en mis noches.

He aquí una pequeña muestra de su poesía: “En el insomnio de una noche caben…/ Deambulan en el insomnio de una noche/ fantasmas queridos o temidos/ y puede bordearse un recinto/ del que la mente huye pues no quiere/ lidiar con esos sueños ajenos/ metiéndose a la fuerza/ por las fisuras imposibles del insomnio”.

Aquí otro fragmento: “O si la mente que gira sobre sí/ –como un cuerpo en la cama–/ atrapada en el sueño del insomnio/ ahuyentando al sueño amedrantado/ el sueño se eriza en las paredes/ se cuaja/ se vuelve estalactitas/ se va volando/ y el insomnio asienta sus dominios/ cava galerías en la mente”.

El libro “El poeta, el condenado a vivir” es un breve acercamiento a la vida y obra de Jaime Sabines. Lo editó el Gobierno del Estado de Coahuila de Zaragoza, en 2016. Primera edición, Saltillo, Coahuila. En el texto se expresa claramente que Sabines, el poeta de la cotidianidad, le canta a la muerte y a la vida, a la soledad, al humor, al amor y al desamor, a la humanidad y a las cosas. Jaime Sabines casi nunca reescribía sus poemas, ni les hacía correcciones.

Refiriéndose a su mamá escribió: “Sabías para qué sirven las cosas y extraías de ellas el máximo provecho (…) Aún en los años de la derrota –vejez, viudez y soledad juntas– seguiste levantándote temprano, hacías café para todos, un desayuno abundante y rico; esperabas tus hijos, tus nietos, lo que te quedaba. Te agradezco, madre: hay que seguir levantándose temprano para esperar diariamente la vida”.

El libro “Poesía” (2016), editado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de Coahuila para conmemorar a Sabines. Los poetas participantes dejaron constancia de su poesía. He aquí algunos trozos de sus poemas: Luis Eduardo García, en su pequeño texto “Lo inhumano permanece”, nos dice: “Lo humano jamás conocerá los límites/ del dolor. Sólo conocerá/ lo que puede romperse”.

Por su parte, Antonio Deltoro en “Simpatía por el lápiz” nos deja lo siguiente: “El bolígrafo se seca por dentro,/ el lápiz se va haciendo pequeño/ a medida que va desviviéndose/ como un peregrino/ por la página en blanco”.

En “Ida y vuelta”, Amalia Bautista nos comparte: “Cuando nos dirigimos al amor/ todos vamos ardiendo./ Llevamos amapolas en los labios/ y una chispa de fuego en la mirada./ Damos y recibimos rosas rojas/ Cuando volvemos del amor, marchitos,/ rechazados, culpables/ o simplemente abusados,/ regresamos muy pálidos, muy fríos”.

Mi amigo el escritor Saúl Rosales en su pequeño libro de poemas, “Trinchera de la debilidad”, nos anuncia: “Vas a escuchar que los débiles/ también tienen voz y tienen cantos./ Los débiles son también seres humanos/ y tienen voz/ y arte tiene su palabra.

A la vez, Valdemar Ayala en “Hormigas” nos aclara: “No fui lector desde la infancia;/ en ningún cumpleaños pedí libros”.

Finalmente, el libro “La mejor forma de usar el rifle” de Mercedes Luna(Gobierno del Estado de Coahuila de Zaragoza. Secretaría de Cultura de Coahuila. Encuentro Nacional de Poesía Manuel Acuña 2015. Saltillo). Los poemas y textos que aparecen en este libro están diseminados en antologías, publicaciones y revistas de España, Marruecos, México, o en sitios de internet. Aquí les dejo una pequeña muestra de su obra poética “No tengo algo que pueda llamar mío”: La casa/ el auto/ los amigos/ tú/ incluso yo/ nada es mío/ pronto soy del aire que gobierna/ complaciente lo terso y áspero de los pulmones/ de los cantos que el sol dedica a los rincones/ orgánicos oscuros/ soy de los caminos que descubre la luna/ entre la vigilia y el sueño/ no tengo algo que pueda/ llamar mío/ es lo justo”.

Sí, también me gusta la poesía.

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