Las otras campañas

A nivel nacional, Enrique Peña Nieto sigue firme en la delantera electoral, a pesar de los “obstáculos” que ha tenido que sortear, como lo son: el primer debate, la reunión con jóvenes en la Universidad Iberoamericana, las marchas anti Peña (organizadas por simpatizantes de AMLO y de Josefina) y la prueba de fuego en el programa Tercer grado, entre otros, y en los Estados en los que hay otras campañas, ya sea por las gubernaturas o por las presidencias municipales, el PRI también podría llevarse todo el próximo primero de julio según muestran las encuestas. Incluso en el Distrito Federal, donde el PRD tiene su bastión más sólido y su candidato está muy bien posicionado, el tricolor se ha colocado como el adversario del segundo lugar para el partido del Sol Azteca. El PAN pasó en la capital del país a un lejano tercer lugar.

En la jornada electoral del 1° de julio, donde se renovará en su totalidad el Congreso de la Unión, también, se celebrarán elecciones por las gubernaturas, las presidencias municipales y los diputados locales en los Estados de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco y Yucatán, además en el Distrito Federal se eligen Jefe de Gobierno, asambleístas y Jefes Delegacionales; mientras que en Campeche, Colima, Estado de México, Guerrero, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora se habrán de elegir diputados locales y Presidencias municipales. En resumen además de la elección de dos poderes federales, están en juego seis gubernaturas y la jefatura del Gobierno del Distrito Federal.

Después de gobernar el país por dos sexenios, en los que han hecho una pésima administración, que nos llevó a ser el país que menos crece en América Latina, para Acción Nacional se vislumbra un panorama político-electoral muy desalentador: pérdida de la Presidencia de la República, menor representación en ambas cámaras del Congreso, derrota en bastiones de peso como Jalisco, Morelos y en Guanajuato, la moneda la tienen en el aire.

Guanajuato ha sido gobernado por el blanquiazul desde 1991. En esta contienda el abanderado del PAN, Miguel Márquez, a diferencia de las contiendas anteriores, tiene una ventaja que no le da seguridad de triunfo anticipado. Según la encuestadora Gabinete de Comunicación Estratégica, mantiene nueve puntos de distancia frente a Juan Ignacio Torres Landa, candidato del PRI. Y el periódico A.M. le otorga una diferencia de apenas seis puntos. Y El Heraldo de León registra una ventaja de 19 puntos.

En otro bastión panista, Jalisco, la elección por la gubernatura se percibe de plano perdida. Según sondeos de El Universal, el candidato del tricolor, Aristóteles Sandoval Díaz, alcalde de Guadalajara con licencia, desde el principio de la campaña lleva la delantera. Y lo más grave para el PAN, es que a medida que avanza la contienda, la diferencia va en aumento: empezó en 20 puntos y a finales de abril llegó a 32. La encuesta refleja que el panista Fernando Guzmán Pérez, enfrenta una caída significativa en las preferencias después de un mes de campañas: de 29.3% a 21%. Esta situación, al igual que a Josefina Vázquez Mota, ha colocado a Guzmán Pérez a competir por el segundo lugar. El candidato de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro Ramírez, pasó del 12.7% al 19.6% en el mismo lapso. Y en otro estado en el de Morelos las preferencias se inclinan fuertemente hacia el priismo. Según encuestas de Consulta Mitofsky, el abanderado del PRI-PVEM-Panal, Armando Orihuela Trejo, recoge el 38.4% de la intención del voto; mientras que Graco Ramírez, del PRD, tiene el 21.1%; y el panista Adrián Rivera, el 20.5%, aquí también el PAN y el PRD compiten por el segundo lugar.

Si hoy fueran las elecciones, este el panorama para el PRI: a) mantendría Tabasco y Yucatán; b) en Chiapas en alianza con el PVEM regresaría al gobierno; c) ganaría Jalisco y Morelos, y d) en Guanajuato, el bastión más duro del albiazul, estaría dando la pelea.

Esta ventaja del tricolor, cómo se explica: por el efecto Peña Nieto, la unidad del Revolucionario Institucional, la maquinaria electoral del PRI y por los desaciertos de Calderón. Y también porque el PRI gobierna 20 Estados de la República, la mayoría ganados en este sexenio del PAN. ¿El regreso del PRI a los Pinos es malo para la democracia? ¿Cómo puede ser malo si se llega con la legitimidad que otorgan las urnas y en una circunstancia donde la maquinaria de la Presidencia de la República la tiene el PAN?

Salvador Hernández Vélez

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