Pacto Coahuila

 

El derecho es el único modo de garantizar la paz social

 y la seguridad individual; no resulta de la naturaleza,

sino del consentimiento de los hombres.

Ikram Antaki

 

 

La propuesta del Pacto Coahuila se da en el marco de una situación muy complicada para el país. En medio de una crisis económica y financiera iniciada en Estados Unidos que impactó en todo el planeta, sin que México fuera la excepción. La mala conducción del país por los gobiernos panistas, ha hecho que en México crezcamos en los últimos doce años a un 1.8 por ciento del PIB. Lo anterior ha provocado que no tengamos los empleos que demandamos los mexicanos, que los sueldos y los salarios estén muy bajos y que haya aumentado la pobreza, además del recrudecimiento del problema de inseguridad que vivimos en el país, por las fallas en la estrategia del combate al crimen organizado.

Con la llegada del PAN a Los Pinos en el 2000, se instala la alternancia en México y el régimen de partido hegemónico de estado finaliza. Con la perdida de la mayoría en la Cámara de Diputados, por el PRI en 1997, en las intermedias de Ernesto Zedillo, se va gestando un régimen de pluralidad política en el país. En estos doce años de panismo, nunca hubo una propuesta seria de reforma del poder. A dos sexenios albiazules no contamos con un nuevo andamiaje constitucional y reglamentario jurídico que corresponda a la nueva realidad de pluralidad política, las reglas siguen siendo las del viejo régimen.

En esta época de neoliberalismo se ha achicado el Estado y se ha promovido que sea el mercado quien resuelva los problemas. Sin embargo, tan sólo después de dos décadas en las que anunciaron conbombo y platillo el fracaso del socialismo y que el capitalismo era la única opción para por fin transitar por la senda del desarrollo y del progreso, las crisis económicas y financieras, se presentan en los diferentes países con mayor frecuencia. Resulta que el mercado ha mostrado sus fallas y en todas las crisis, se ha requerido la intervención del estado.

En este contexto, el Gobernador Rubén Moreira presentó el pasado martes «El pacto Coahuila», a través de la propuesta: «Hacia la Reforma del Estado y la Gobernabilidad Democrática». En ella se nos hace la invitación a transformar las instituciones del Estado de Coahuila, Estado con 150 mil kilómetros de territorio y con una población dos millones 750 mil habitantes. En su mensaje, el Gobernador nos convocó a revisar los contrapesos que requiere el Ejecutivo y las nuevas atribuciones que demanda el Legislativo, a través de impulsar la participación de la sociedad en los asuntos públicos y precisó la necesidad de que persevere la justicia e impulsar un Gobierno más transparente. Remató que estos tiempos son de inclusión y de respeto.

Entre otros temas, la Reforma del Estado de Coahuila incluirá reformas en materia civil, penal, familiar, electoral, laboral, administrativa, derechos humanos, en aspectos financieros, en el ámbito municipal, en transparencia entre otros. En lo penal, se promoverá un nuevo sistema de justicia, que incluirá los juicios orales y contará con nuevos instrumentos para combatir la delincuencia. En relación con la reforma en el tema de lo familiar, tal vez convendría recordar la precisión de Antonio Gramsci: «La familia es, en esencia, un organismo moral. Es el primer grupo social que va más allá del individuo, que impone al individuo obligaciones y responsabilidades» y acota: «La familia debe ser integrada a su única función moral, de preparación humana, de educación civil». La gobernabilidad democrática será el eje de la reforma, pues los coahuilenses nos debemos dar nuevos instrumentos para asegurar la paz y la tranquilidad que necesitamos.

La primera Constitución de Coahuila fue sancionada por su Congreso Constituyente el 11 de marzo de 1827, cuando éramos el Estado Coahuila-Texas. La Constitución actual de Coahuila data del 19 de febrero de 1918, en ella están plasmados los ideales sociales y políticos por los que se luchó en la Revolución Mexicana. La convocatoria para «El pacto Coahuila» modificará de forma trascendente la Constitución de nuestro Estado y las demás leyes locales. Reza el dicho de Anatole France: “El árbol de las leyes a de podarse continuamente”. Este nuevo marco legal nos proveerá, de una nueva paz social, para que tengamos una vida soportable en nuestra sociedad.

 

Salvador Hernández Vélez

jshv0851@gmail.com