El PAN frente a su derrota

Diferentes voces de Acción Nacional hablan de la necesidad de refundar a su partido, entre ellas se encuentra la del presidente Felipe Calderón: “Yo afirmo y creo que hay que refundar al PAN, hay que reconstruirlo desde los cimientos hasta la cúpula, piedra por piedra”. Lo que fundamentalmente no supo el albiazul fue gobernar. El problema estuvo principalmente en el Gobierno, no en el partido. Ahora serán Oposición y eso, a lo largo de su historia, han demostrado que sí saben serlo. El rediseño del albiceleste debería haber sido en el 2000. Nunca asumieron que eran partido en el Gobierno y en consecuencia exhibieron que no estaban preparados para ello. En todo caso, no supieron ser gobernantes.

En efecto, no hay duda que al PAN lo que más le afectó, fue el mal desempeño a lo largo de sus dos sexenios de Gobierno. En la alternancia no fueron capaces de demostrar que eran una opción diferente para sacar adelante al País y perdieron la confianza de los electores en un periodo muy corto. En estos tiempos de pluralidad política los ciudadanos no tienen sus votos comprometidos para siempre con ninguna opción partidaria, la gente quiere resultados. A los panistas les cobraron todo: los escasos resultados gubernamentales en materia de empleo, las alzas al costo de la vida, la desatención en lo social, manifestado en el incremento de la pobreza, y le cobraron también la terquedad del Presidente Calderón en su estrategia de combate al narcotráfico. Desde luego les afectó el cultivo de corruptelas, conflicto de intereses y tráfico de influencias en el ejercicio del poder, las frivolidades de Fox y de Marthita así como la expulsión del exdirigente panista Manuel Espino.

Después de los comicios del 1 de julio los partidos políticos deben reajustarse para encarar los siguientes procesos electorales. El tricolor, en lo nacional, será Gobierno. El albiazul regresa a ser oposición, y los partidos de Izquierda tendrán que analizar por qué se quedan en la raya. En estas condiciones, en el PAN, para conducir la refundación propuesta por Calderón no se percibe quién la pueda encabezar, carece de liderazgos de peso y arrastre interno con formación doctrinaria. ¿Podrán Josefina Vázquez Mota, Ernesto Cordero, Santiago Creel o el propio Madero conducir este proceso, cuando ahora en el PAN la mayoría de militantes y adherentes son neopanistas, los formados en el ejercicio del poder estos últimos 12 años? ¿Los panistas estarán conscientes del tamaño de la derrota? ¿Dimensionarán el descalabro de su partido en las urnas? Como el tricolor hace seis años, quedaron ahora en el tercer sitio, su candidata en la contienda presidencial, quedó a una distancia de más de 6 millones 440 mil votos de Enrique Peña Nieto y a 3 millones 110 mil 352 de Andrés Manuel López Obrador. En las cámaras del Congreso de la Unión pasaron de 151 a 115 Diputados y de 50 a 38 Senadores. También perdieron las gubernaturas de Jalisco y Morelos que habían mantenido en su poder por 18 y 12 años, respectivamente.

Por otra parte, el PAN deberá superar los divisionismos generados en las internas para elegir a los candidatos, pues hay resoluciones del Trife que no convencieron a muchos de los contendientes perdedores. Aquí, en Coahuila, tenemos el caso de Jorge Zermeño Infante. Esta problemática interna del albiceleste la retrata muy bien Javier Corral, hoy Senador electo por Chihuahua: “El PAN entró en un profundo deterioro de su vida democrática y se han reproducido mecanismos corporativos, clientelares e incluso fraudulentos de sus procesos de elección. La impunidad se enseñoreó y han quedado sin castigo afrentas del tamaño del ‘Batopilazo’, un fraude interno en la mismísima tierra del fundador del PAN, donde votaron hasta los muertos y no hubo un solo amonestado (…) Los resortes éticos se aflojaron y creció entre los órganos directivos y de consejo una extraña e inexplicable cultura presidencialista de subordinación, que tuvo su máxima expresión en este sexenio”. Las causas de la debacle de Acción Nacional pueden ser multifactoriales, pero la más contundente es el desencanto de la ciudadanía con los Gobiernos federales encabezados por Fox y Calderón. Sin duda, las administraciones del blanquiazul transitaron estos 12 años sin cumplir con lo que prometieron.

Salvador Hernández Vélez

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