Las condiciones de la contienda

Las elecciones de este año por la Presidencia Municipal de Torreón serán totalmente diferentes a las de hace cuatro años. En la contienda anterior del 2009, la Presidencia de la República la ocupaba Felipe Calderón Hinojosa, quien dejó un país con elevados niveles de inseguridad, desempleo, marginalidad, pobreza extrema incrementada, impunidad, corrupción e inflación de la canasta básica, aunado a más de 100 mil muertos, producto de la supuesta “guerra” calderonista contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.

En La Laguna, el grupo del exsenador Guillermo Anaya fue el único interlocutor con el Gobierno Federal. Las posiciones en las Delegaciones federales las ocuparon puros amigos del excandidato perdedor panista a la Gubernatura de Coahuila en 2011. Y hasta el momento, no se evidencian los beneficios para Torreón producto de estas posiciones.

La Alcadía estaba también en manos de Acción Nacional, encabezada por José Ángel Pérez, adversario panista de Anaya. En esta administración albiazul, la Policía Municipal, con sus enfrentamientos con las fuerzas federales, dio muestras de su relación con la delincuencia organizada. Era comentario frecuente en las mesas de café que antes de que levantaran a algún ciudadano torreonense, éste había sido abordado cuadras atrás por policías municipales. Al iniciar la administración de Eduardo Olmos, las fuerzas de seguridad municipales heredadas, se fueron a la huelga, y en los exámenes de confianza la mayoría no los aprobó, por lo que Olmos los dio de baja.

El enfrentamiento entre la autoridad municipal y la estatal estuvo a la orden del día. Ello provocó que se pararan las obras del Gobierno Estatal para el municipio de Torreón, e incluso que se ventilara el caso en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante una controversia constitucional. La perdió la administración municipal panista, pero lo más grave es que sólo atrasó las obras para Torreón, entre ellas lo que anteriormente conocíamos como “Nudo Mixteco”.

En lo estatal, la administración anterior emanada del Revolucionario Institucional, encabezada por el profesor Moreira, quien había derrotado en la contienda de 2005 al exembajador Jorge Zermeño Infante —que por cierto el PAN sólo ganó el municipio de Torreón—, para esas fechas estaba calificada como la mejor administración del País, aunque mantenía un enfrentamiento permanente con el Gobierno Federal albiceleste.

En lo económico, en el 2009 se manifestaban los impactos de la crisis surgida en Estados Unidos. La situación de inseguridad crecía. El PRI había vuelto a ganar en el 2008 todas las Diputaciones locales y en el 2009 las Diputaciones federales. El desencanto con las administraciones panistas cambiaba las preferencias de los electores.

Hoy, en el 2013 la situación ha cambiado. El tricolor ocupa la Presidencia de la República con Enrique Peña Nieto en Los Pinos, y las primeras acciones de gobierno están causando buenas expectativas, entre ellas la desaparición del Cereso de Gómez Palacio, Durango, desde donde operaban grupos delincuenciales, y el Pacto por México firmado por los tres principales partidos nacionales. También la Reforma Educativa, bien aceptada por la sociedad en general, aunque con una gran inconformidad entre los profesores.

En lo estatal, tal como lo dijo el gobernador Rubén Moreira, la deuda obligó a su administración a implementar dolorosos ajustes durante su primer año de gestión, y a recortar los programas sociales que ahora impactan en las condiciones de la contienda. La Secretaría de Hacienda acaba de declarar que el Distrito Federal es la entidad más endeudada del País, con un monto de 56 mil millones de pesos; le sigue el Edomex, con 38 mil millones; Nuevo León, con casi 38 mil millones; Coahuila, 36 mil millones, y Veracruz, con 28 mil millones de pesos.

La administración municipal sigue enfrentando el difícil problema de la inseguridad, tan cuestionado por los ciudadanos; la falta de la terminación de obras importantes para la ciudad, y las desavenencias entre los diferentes funcionarios municipales ventiladas en los medios de comunicación.

Las condiciones de la contienda, sin duda son diferentes, y los electores las conocen muy bien, ellos decidirán el próximo 7 de julio. El PAN ya no tiene la Presidencia de la República, ni puede ofrecer fácilmente un cambio democrático.

Salvador Hernández Vélez

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