‘Policías’ contra policías

Eduardo Olmos Castro recibió la Alcaldía de Torreón con problemas estructurales muy graves. Además de la falta de inversiones que durante las administraciones de Guillermo Anaya y de José Ángel Pérez Hernández no se dieron, la situación de la inseguridad se percibía más grave, porque los policías no eran confiables para la población. Había el antecedente de que la Policía Municipal, en vez de combatir a los delincuentes se enfrentaba con los policías estatales y federales para rescatar a sus compañeros que habían sido detenidos por estar involucrados con el crimen organizado. Estos hechos generaron gran preocupación entre los torreonenses. Nunca en la historia de Torreón habían sucedido actos de esta naturaleza. ¡Oh decepción!, “la mejor Policía del Norte de México”, como se comprometió a crear el alcalde panista José Ángel Pérez, estaba del lado de los delincuentes, no de los ciudadanos.

En los tiempos del PAN la gente murmuraba que cuando se les acercaba una patrulla de la Policía Municipal les daba miedo porque después del interrogatorio podía venir “el levantón”, después el secuestro y luego la solicitud del rescate. La gente, en voz baja, platicaba en las mesas de café de algún conocido que había pasado por las circunstancias descritas. Hablaban del temor que les provocaba encontrarse con una patrulla, del pánico que les daba que un oficial de policía les detuviera. Hay señoras que platicaban que les temblaban y sudaban las manos ¿Qué sabrían o escuchaban las señoras para que llegaran a estas situaciones de sobresalto?

Entre los acontecimientos ventilados en la prensa está el caso del señor agricultor y ganadero Óscar Molina. Él era esposo de la promotora cultural, la señora Querube Lizárraga y papá de Nanet Molina, contrincante a la Presidencia Municipal por el Partido Verde Ecologista contra de José Ángel Pérez. A unas cuadras de su casa, en la colonia Los Ángeles, el señor Molina fue agredido hasta quedar inconsciente, porque se resistió a ser “levantado” por policías municipales. Existe el video que deja claro la intervención de las fuerzas del orden. Del lugar fue trasladado por una ambulancia al Sanatorio Español, donde quedó internado por varios meses. A pesar de que la sociedad civil protestó y la familia hizo la denuncia correspondiente, la administración panista defendió a sus “cuicos”. El caso quedó impune. También en los tiempos del PAN se difundió un video de una fiesta de bienvenida del segundo de abordo de Alfredo Castellanos bailando con teiboleras.

Esta situación de colusión de la Policía con la delincuencia organizada y de temor de la ciudadanía de ser “levantado” por las fuerzas del orden, fue atendido como el problema principal por parte del alcalde Eduardo Olmos. Primero tuvo que atender la confrontación de la Policía Municipal con el jefe de la comuna, porque se opusieron al nombramiento del Director de Seguridad Pública; después, una huelga de policías que se resistían a ser sometidos a los exámenes antidoping y a las pruebas de confianza. Esto llevó a la valiente decisión de Olmos de correr a más de 300 gendarmes.

Hoy los ciudadanos, para enfrentar a la delincuencia organizada, contamos con una Policía que con valor cívico y responsabilidad lucha diariamente para que tengamos seguridad en la ciudad. Las personas de Torreón ya no hablan de que la Policía Municipal los hostiga con intenciones de secuestrarlos o que trate de entregarlos a los delincuentes, no se habla de que estén al servicio de los malhechores. El temor, cuando se nos empareja un convoy de agentes de la seguridad pública, ahora es que en ese trayecto se encuentren con delincuentes y podamos quedar entre dos fuegos.

Ahora que viene el cambio de Gobierno Municipal, habrá que revisar la capacidad y la voluntad de los contendientes. Los antecedentes de la actuación de los panistas no son muy alentadores. Jorge Zermeño, por haber vivido estos años en Madrid, no tiene la dimensión de la problemática que estamos enfrentando, producto de la declaración de guerra que le hizo al crimen organizado Felipe Calderón. Por su parte, Chuy de León, luego de que detuvieron a un grupo de secuestradores militantes del PAN y operadores políticos de Memo Anaya, quedó en evidencia su poca disposición para combatir a la delincuencia. Los electores tendrán que evaluar la actitud de los posibles candidatos frente al problema de la inseguridad.

Salvador Hernández Vélez

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