La nueva etapa de la UA de C

Hace 40 años que la Universidad de Coahuila (UC) –creada en 1957- obtuvo su autonomía. De la entonces Universidad de Coahuila, cuyo primer rector fue el licenciado Salvador González Lobo, se formó la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C) y de la Escuela Superior de Agricultura de la UC nació la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Podemos decir que el movimiento de reforma universitaria, dio a luz dos universidades autónomas en el Estado de Coahuila. Este movimiento en cierta medida es producto del movimiento estudiantil de 1968. En 1973 se logra la autonomía universitaria. Iniciada esta nueva etapa de la UA de C, se procedió a establecer el régimen jurídico universitario.

 

En primer término la comunidad universitaria diseñó su propio estatuto universitario, que data de 1975, esto es desde hace 38 años. En casi cuatro décadas el instrumento normativo de la UA de C no ha sufrido cambios. Mientras dicho estatuto que sienta los principios de elección del rector, de los coordinadores de las unidades y de los direcciones de las escuelas y facultades se mantiene vigente en la Universidad, en el sistema político mexicano el marco electoral se ha transformado de 1976 a la fecha adecuándose a los nuevos tiempos del mundo global, a los tiempos de la competencia, de la sociedad democrática, del mundo del ciber espacio y de la era del conocimiento. Para este año  se calcula que más del 70 por ciento de la población tendrá acceso instantáneo a comunicaciones e información de bajo costo, ¿qué tanto impactará en las universidades este progreso?

 

Ahora que la Universidad elegirá al nuevo  rector, es buen momento para la reflexión de lo que debe ser esta institución en la era de la economía global. Hoy la sociedad ha sufrido grandes cambios relacionados con las tecnologías. En el mundo actual las tecnologías móviles y de la información están conectando a casi la mitad de la población mundial que no tenían voz, ¿en qué influirán estos cambios en los procesos de enseñanza-aprendizaje? Los estudios del futuro consideran que la capacidad principal de los líderes será la capacidad de adaptación ¿cuál debe ser la formación de los gerentes y de los líderes que impulsarán el progreso? Saber qué hacer para sobrevivir en un mundo de incertidumbre como el nuestro, a la vez que desarrollamos las capacidades indispensables para ser exitosos en el futuro. ¿Nuestras universidades y particularmente la UA de C se estarán planteando dicha problemática que implica un cambio de paradigma educativo?

 

En la década de los setenta y principios de los ochenta cuando en la UA de C se debatía sobre la autonomía y cuáles deberían ser los principios sustantivos de la universidad, los pronósticos de Alvin Toffler en su libro El shock del futurofueron que las tecnologías de la información revolucionarían la gestión del conocimiento en las organizaciones, ya fuesen educativas, económicas, empresariales, políticas o sociales. Y ahora después de la caída del Muro de Berlín, de la terminación de la guerra fría, de la globalización y del arribo al siglo XXI, el shock que predijo Toffler ha llegado: la tecnología web es realmente global y está al borde de volverse accesible para todos, incluidas las universidades.

 

Después de la autonomía de la UA de C, en el rectorado de Melchor de los Santos, en los hechos se perdió la autonomía con la designación del entonces secretario general de gobierno como siguiente rector. En esa época se privilegió el control político sobre lo académico, la investigación y la difusión de la cultura, y todo ello conllevó a la época oscura de la universidad en la que por más de una década se enquistó el porrismo en la máxima casa de estudios del estado. Luego en el rectorado del maestro Remigio Valdés Gámez se sentaron las bases para que la universidad retomara el cumplimiento de sus objetivos sustantivos, institucionalizando la vida universitaria. Los rectorados siguientes avanzaron en el fortalecimiento de la universidad, pero las necesidades del mundo globalizado ahora son otras, y la universidad debe plantearse, si debe continuar en el camino de los últimos años o impulsar un cambio de paradigma acorde con los nuevos tiempos, los de la web 2.0, que como dice Soumitra Dutta: “promete ser un impulsor de la productividad tan importante como lo fue la automatización en los siglos XIX y XX”.

 

Salvador Hernández Vélez

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