El domingo pasado el Presidente Enrique Peña Nieto llegó a 100 días de gobierno. Desde su toma de posesión el 1 de diciembre del año pasado, los ciudadanos perciben al Presidente en un matiz propositivo y concertador. Esto porque, desde el inicio, su gestión se ha caracterizado por la construcción de acuerdos políticos y de propuestas de reformas legislativas de interés para los mexicanos. Ello deja un buen sabor de boca entre los mexicanos. El primer día del sexenio, Peña dejó muy claro el hilo conductor de su propuesta: “Es tiempo de mover a México”. Con Calderón nos enterábamos de sus iniciativas y acciones porque las anunciaba en los medios y en algunas ocasiones desde el extranjero, sin un proceso de construcción de consensos.
Peña plantea “mover a México” en cinco líneas de acción: Paz, Combate a la pobreza, Educación, Crecimiento y Responsabilidad global. Entre las acciones de su gobierno, promovió un acuerdo político -con los dirigentes nacionales de las tres principales fuerzas partidistas- para sorpresa de propios y extraños: el Pacto por México proyecta 95 “compromisos”. Así fue el arranque, y a los 100 días de su administración, el Presidente Peña refrendó que no sólo administrará, sino que transformará México. En estos 100 días en que el presidente Peña Nieto busca mover y transformar a México, hay evidencias de que va en ese camino. Cito algunos ejemplos:
1) La Ley General de Víctimas, que había sido objetada por el gobierno anterior mediante controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El gobierno de Peña retiró ese recurso y la nueva legislación se publicó este miércoles en el Diario Oficial de la Federación, para beneplácito de múltiples organizaciones de la sociedad civil, impulsoras de la misma. Esta nueva rama del derecho público, la del Derecho Victimal, abre brecha para que el conflicto social se trate a través de la responsabilidad pública, y no por la vía del uso de la fuerza, esto sin duda privilegiará las acciones de justicia. El reto de los funcionarios de esta nueva administración priísta es cómo transformar la fuerza social en políticas públicas.
2) La reforma constitucional en materia educativa, que otorga autonomía constitucional al Instituto Nacional de Evaluación para la Educación, crea un sistema profesional docente y un sistema de operación y gestión educativa basado en un censo de escuelas, profesores y estudiantes. Frente a esta reforma educativa, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de la maestra, con la acumulación de poder e influencia, que ostentó durante cuatro sexenios -dos del PRI y dos del PAN- se confrontó con los presidentes y los gobernadores, y así arribó a la segunda alternancia: con una estructura sindical “autónoma”, que imponía funcionarios de primer nivel en la Secretaría de Educación y con un partido político que le permitía estar en el juego del poder público, más allá de lo estrictamente sindical. Pero se topó con la determinación de Peña Nieto: “Mi responsabilidad es lograr que México despliegue todo su potencial. No hay intereses intocables. El único interés que protegeré es el interés nacional. Tomaré las decisiones que exige la transformación del País”.
3) El lanzamiento, durante la Segunda Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública, de una nueva estrategia en materia de seguridad y justicia, que no sólo se desmarca de lo realizado por el gobierno de Felipe Calderón, sino que presenta una visión más amplia de la problemática.
4) Los avances en torno al Pacto. El Consejo Rector tiene como objetivo “estructurar la agenda de reformas que irá presentando el Pacto por México a lo largo del 2013 y de los siguientes años del sexenio”. Para ello ya se integraron al Consejo los coordinadores parlamentarios del PAN, PRI y PRD de las Cámaras de Diputados y de Senadores.
Con estas acciones, la administración de Peña Nieto, a 100 días de gobernar, recupera la rectoría del Estado en todos los órdenes, y asume plenamente las potestades legales de la investidura presidencial. Y pasados los 100 días acaba de presentar la iniciativa de reforma en radiodifusión y telecomunicaciones ante la Cámara de Diputados junto con los diputados coordinadores de los grupos parlamentarios. Ésta reforma es otra muestra que las cosas van con paso firme.
Salvador Hernández Vélez
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