¿Se aguantará Calderón?

Diferentes encuestas publicadas recientemente ubicaron a la candidata del PAN en tercera posición. Frente a este escenario ¿hacia dónde apuntarán Acción Nacional y el propio Calderón? ¿Hacia el respeto al voto o buscarán la coacción del sufragio? El escenario más probable del país, según apuntan las encuestas, es otra vez, el de la alternancia en Los Pinos.

En el caso de Andrés Manuel ya ha estado insistiendo que si pierde es porque habrá fraude, su estrategia postelectoral ya está trazada. El PRD desde 1988 sólo ha tenido dos candidatos: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador. Ambos han estado más cerca de la Presidencia de la República en su primera participación. La encuesta del diario Reforma de mayo le daba a AMLO un posicionamiento a tan sólo 4 puntos porcentuales de Peña Nieto y la encuesta de junio le da una diferencia ahora de 12 puntos. Aunque se mantiene Andrés Manuel en el segundo lugar, ni los debates, ni el movimiento YoSoy132 lo acercan a Peña, pero sí supera a Josefina Vázquez Mota.

En el caso del albiazul aunque han tenido tres candidatos Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón Hinojosa y ahora Josefina Vázquez Mota, en el 2000 es justo reconocer que Vicente Fox ganó la elección, no el PAN. Y en el 2006 la intromisión militante en el proceso electoral del expresidente fue determinante para arrebatarle la Presidencia a AMLO. Sin Fox, Calderón no hubiera llegado a ser Presidente. Aquí de nueva cuenta el PAN ganó por Fox, aunque Felipe Calderón no era su candidato. Ahora el artífice de la conquista de los Pinos por los albicelestes se ha deslindado de la candidata presidencial albiazul y convocó a los panistas a apoyar al puntero, a Enrique Peña Nieto, para cerrarle el paso a López Obrador. Aceptémoslo o no Fox sigue siendo un actor político vigente y militante, es un activista de la política.

Lo más grave para el Presidente del desempleo y para su partido es el panorama que como consecuencia de su incapacidad para gobernar tienen ante las urnas: la salida de la Presidencia de la República que han mantenido por casi 12 años, pasar a ocupar la tercera posición en el Congreso de la Unión y la posibilidad de pérdida de algunos de sus bastiones más trascendentes, como las gubernaturas de Jalisco y Morelos. Recuerde que en este sexenio de Calderón los panistas perdieron Yucatán, las imposiciones internas llevaron a Ana Rosa Payán a abandonar las filas panistas, lo que debilitó a Acción Nacional en ese estado.  A lo largo de este sexenio los cambios en la dirigencia del PAN han estado al orden de cada elección y no han atinado elegir a una dirigencia ganadora.

En cada elección presidencial se ha buscado que el Ejecutivo Federal se mantenga lo más alejado posible de la esfera electoral. Fox no resistió la tentación y metió su cuchara para apoyar a Calderón. Ahora existen suficientes antecedentes para preocuparse por el activismo electoral del Presidente actual. Este se manifiesta en la descalificación sistemática de sus adversarios —en el 2006 contra López Obrador, en el 2009 contra el tricolor—; en el uso faccioso del aparato de procuración de justicia —el michoacanazo en el 2009; el expediente contra Gregorio Sánchez, candidato de las izquierdas a la gubernatura de Quintana Roo, en el 2010—; entre otras acciones, incluso de los diferentes secretarios del gabinete federal. Aún ahora, a escasos días del 1 de julio la duda sobre la intromisión de Felipe Calderón en el proceso electoral sigue discutiéndose en las mesas de café.

A dos días de la elección existe la esperanza de que la intromisión del Ejecutivo en la contienda, el uso partidista del aparato de gobierno, la aplicación ilegal de recursos públicos para beneficiar a un candidato, no incidan de manera que se vea afectada la voluntad popular que se expresará en las urnas. Pero también queda claro que el Presidente y su gente están tentados a amortiguar la derrota de Josefina y de muchos de sus candidatos al senado y a las diputaciones federales el próximo primero de julio. Esperemos que no les gane la desesperación y se abstengan de acciones de última hora que sólo dañan la voluntad ciudadana y confrontan más a la sociedad. El anti-priismo y el anti-lopezobradorismo no deben guiar las acciones de Felipe Calderón.

 

Salvador Hernández Vélez 

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