Institucionalidad democrática

El 29 de noviembre pasado el gobernador Rubén Moreira entregó el Informe de su primer año de gestión de Gobierno. Al siguiente día, ante el Poder Legislativo local, dio un mensaje al pueblo de Coahuila. Luego, en un hecho inédito, procedió a escuchar los posicionamientos de las diferentes fracciones parlamentarias. Contestó los cuestionamientos de los Diputados locales en una sesión de varias horas.

Esta actitud le da legitimidad y evidencia un cambio en la forma de gobernar de parte del Ejecutivo Estatal. Es un paso importante en la construcción de la democracia coahuilense actual. La democracia no es sólo acudir a depositar el voto el día de la elección y que los sufragios de cada ciudadano cuenten sin coacciones de ninguna especie. La democracia debe ejercerse día a día. Es también contar con instituciones independientes y equilibradas, donde las libertades ciudadanas se expresen sin cortapisas, la transparencia sea parte fundamental de la gestión pública y, producto de la voluntad de los electores, haya alternancia en el poder. Un ejemplo de este ejercicio fue el 1 de julio pasado, con la segunda alternancia a nivel del Ejecutivo Federal.

El filósofo y periodista Josep Ramoneda, presidente del Instituto de Investigación y de Innovación en París, le expresó al escritor nicaragüense Sergio Ramírez lo siguiente: “…hay que devolver su majestad a la democracia, hay que hacer funcionar de verdad la política”. Esta es la gran tarea actual. Sin dejar de ser un asunto de vital importancia, castigar a quienes endeudaron de manera vergonzosa y fraudulenta a nuestro estado, ocasionando una crisis económica y financiera, que abarca tanto lo político-institucional, como lo social y cultural.

En este marco, pasar por encima de las leyes, como lo hizo Javier Villarreal Hernández, violentando el proceso legislativo, es un asunto que debe atenderse para que no vuelva a pasar en Coahuila. Por lo expresado en su primer informe, el gobernador Rubén Moreira, deja claro que se están sentando las bases para que esto no se repita. No sólo hay que resolver el problema de la deuda en sí, también se deben solucionar los desmanes en contra de la democracia y de sus instituciones.

Cuando los abusos y violaciones a las leyes vienen de la propia autoridad ejecutiva, el marco normativo, no sólo del estado sino el nacional, cuenta con escasos recursos para castigar a los culpables —pocos delitos cometidos por servidores públicos se tipifican como graves—. Es impensable que un gobernante se denuncie por sí solo si incumple de manera abusiva la relación y obligaciones jurídicas con otro poder del Estado. Sobre el particular, el Gobernador ha emprendido una serie de reformas que eviten en el futuro estos hechos totalmente ilegales. Rubén Moreira está rescatando con paso firme la institucionalidad democrática interrumpida. Con estas acciones, la institucionalidad volverá a marchar.

En consecuencia, no sólo hay que resolver los problemas de la deuda, la inseguridad y recuperar el crecimiento económico, sino que hay que fortalecer las libertades, la transparencia, las instituciones autónomas que los coahuilenses hemos construido a lo largo de la historia, incluso luchando por la propia independencia de nuestro Estado, cuando fuimos anexados a Nuevo León. Sólo de esta manera, recuperaremos la noble y orgullosa tradición republicana con la que hemos edificado a nuestra entidad.

Reconstruir la institucionalidad del Estado, será más difícil que resolver el problema de la deuda. La contraparte de la deuda, que representan los bancos, exigió desde el arranque del sexenio, reestructurarla de corto plazo a largo plazo, con compromisos alcanzables. El caso de la reconstrucción de la institucionalidad, pasa por el orden derivado del Estado de Derecho, por el diagnóstico puntual de los problemas a atender por el Gobierno, y por la sustentabilidad económica de las políticas públicas, traducidas en programas que sí respondan a los intereses de los ciudadanos, según precisión del propio Gobernador.

En este nuevo escenario, sostener todos los programas del sexenio anterior a toda costa, sería incongruente con este modelo de una nueva forma de gobernar Coahuila. El reto, hoy, es que la democracia funcione a cabalidad en todos los ámbitos.

 

Salvador Hernández Vélez

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